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Aumenta a 100 las víctimas por ataque suicida en mezquita de Pakistán

Peshawar, Pakistán.- Sube a 100 el número de víctimas mortales tras el ataque suicida terrorista en una mezquita en Peshawar, Pakistán.

La mezquita estaba abarrotada al momento en que estalló una bomba, el ataque se perpetró en el interior de un complejo policial y gubernamental en el noroeste de Pakistán.

El atentado ha dejado ver las debilidades en la seguridad del complejo policiaco, destacaron algunos funcionarios el día de ayer.

Las primeras cifras que se revelaron hablaban de 34 muertos y 150 heridos; sin embargo, estos números se han ido multiplicando con el paso de las horas.

Recientemente la agencia de noticias AP ha informado que se han contabilizado 225 heridos, algunos aún hospitalizados en estado grave, según Kashif Aftab Abbasi, oficial de policía en Peshawar.

El ataque a la mezquita suní de Peshawar, ha sido calificado como uno de los más mortales contra las fuerzas de seguridad paquistaníes en los últimos años.

En el interior de la mezquita se encontraban más de 300 personas personas que se encontraban haciendo sus oraciones, otras más se encontraban a punto de entrar cundo una persona detonó un chaleco explosivo.

La fuete explosión destrozó la mezquita y parte del tejado cayó sobre las personas que se encontraban rezando. Cuando llegaron los rescatistas, los trabajos se centraron en intentar sacar a las personas atrapadas bajo los escombros.

Por la noche de lunes y madrugada de hoy se continuaba con los trabajos de rescate, sin embargo, muchas personas sin vida fueron retiradas debajo de los restos de la mezquita. Además, se informó que varios heridos graves murieron en el hospital.

Los familiares de las víctimas ya comenzaron a enterar a sus seres queridos en algunos cementerios de la ciudad y lugares cercanos. 

La policía antiterrorista sigue investigando como es que una persona con un chaleco lleno de explosivos logró ingresar a la mezquita, pues se presumía que este complejo gubernamental contaba con una alta seguridad. 

“Sí, fue una brecha de seguridad”, dijo Ghulam Ali, gobernador de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, que tiene a Peshawar como su capital.

Abbasi, el funcionario que dio las últimas cifras de víctimas, se mostró de acuerdo. «Hubo una brecha de seguridad y el inspector general de la policía ha formado un comité investigador, que analizará todos los aspectos” del ataque, señaló. “Se emprenderán acciones contra aquellos cuya negligencia” permitió el siniestro, añadió.

Talat Masood, general retirado del ejército y destacado analista de seguridad, dijo que el ataque del lunes mostraba “negligencia”.

“Cuando sabemos que Tehreek-e-Taliban Pakistan está activo, y cuando sabemos que han amenazado con realizar ataques, debería haber más seguridad en el complejo policial en Peshawar”, dijo a The Associated Press el martes, en alusión a un grupo armado conocido como el Talibán de Pakistán o TTP.

El primer ministro, Shahbaz Sharif visitó un hospital en Peshawar tras el tiroteo y prometió “acciones firmes” contra los responsables.

“La mera escala de la tragedia humana es inimaginable. Esto no es otra cosa que un ataque contra Pakistán”, tuiteó Shariz. Dio el pésame a las familias de las víctimas diciendo que su dolor “no puede describirse en palabras”.

Las autoridades no habían determinado quién estaba detrás del ataque.

Poco después de la explosión del lunes, Sarbakaf Mohmand, un comandante del TTP, reclamó la autoría del ataque en Twitter.

Pero horas después, el vocero del grupo, Mohammad Khurasani, distanció al TTP de lo sucedido, afirmando que ellos no atacan lugares religiosos y que los que participen en tales actos serían sancionados bajo las normas del grupo armado. Su comunicado no mencionó por qué un comandante del TTP se atribuyó el atentado anteriormente.

El grupo miliciano es una rama separada pero afín al Talibán afgano. El TTP libra una insurgencia en Pakistán desde hace 15 años. Busca instaurar un régimen estricto de ley islámica en el país, la liberación de sus miembros detenidos y una reducción de la presencia militar paquistaní en las regiones de la provincia Khyber Pakhtunkhwa que ocupa como su base.

Pakistán, con mayoría de musulmanes suníes, ha sufrido un aumento en los ataques milicianos desde noviembre, cuando el Talibán paquistaní puso fin a su cese el fuego con las fuerzas del gobierno.

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