Entre ponchallantas, pañuelos woke y políticos de TikTok

Éxodo Poblano, Columna de Alex Durán
Dicen que abril es el mes de los niños… pero en San Andrés Cholula parece que lo están celebrando con piñatas de dignidad reventadas a garrotazos.
Mientras miles de niñas y niños en Puebla enfrentan violencia, abuso y abandono, la presidenta municipal panista se hace viral —no por sus políticas, sino por sus copitas.
Sí, literal, logró lo que muy pocos alcaldes han conseguido en la historia reciente: hacerse viral por todos lados.
¡Qué manera de robar cámara! Ni Xóchitl lo soñó.
En cada grupo de WhatsApp, en cada historia, en cada burla… ahí estaba ella: tambaleante, incoherente, envuelta en la pena ajena de todo un municipio.
Y si ya era poco, la forma en que se le vio recientemente en evidente estado de ebriedad, parecía reflejar justo la forma en que gobierna: como súbdita de las copas, no de los ciudadanos.
Un vaso en una mano y en la otra… el timón de un barco que hace agua por todos lados.
Una obra maestra de la irresponsabilidad institucional.
Eso sí: logró posicionar a San Andrés, pero como sinónimo de chiste local.
Porque en este momento, San Andrés ni picha, ni cacha, ni deja batear… y al PAN ya nomás le queda el cascarón azul y la vergüenza.
Pero si hablamos de desfiguros, la diputada Nora Merino quiso sumarse al show.
Resulta que denunció en redes que fue víctima de unos poncha llantas en San Matías Tlalancaleca. ¡Gravísimo! Pero lo peor no fue eso, sino que ni la Guardia Nacional la peló.
¿Qué nos queda a los ciudadanos si a ella, con fuero y todo, la ignoran?
Ni los chats del Congreso, ni los «violines de buenos días» le contestan.
¿Será que hasta el algoritmo ya se aburrió de sus lamentos?
Eso sí, en redes sí tuvo tiempo para contar su tragedia con todo y filtro.
Prioridades, ¿no?
Pero tranquilos, eh…
En el Congreso local la agenda es más urgente:
- Que el lenguaje sea “incluyente”.
- Que no se diga “niño”, no vaya a ser que se sienta ofendido un unicornio no binario.
- Que los colores del arcoíris estén bien visibles y no haya discriminación entre el pañuelo morado y el verde.
Lo más aberrante no es la agenda en sí, sino que esté siendo impulsada por diputados esclavos de una realidad podrida, desconectada del pueblo, obedientes a causas sin sustancia y de mentalidad torcida.
A estos les dices “reforma educativa” y piensan en cambiar el nombre de las materias a “Matemáticxs con perspectiva de ternura”.
Y mientras juegan a ser progres, la realidad duele:
- 2.5 millones de niños trabajan en México, muchos en condiciones inhumanas.
- 1 de cada 3 niños sufre violencia en casa.
- Miles de menores no tienen acceso a salud ni educación, pero en el Congreso… ya nadie puede decir “niño” sin pasar por el INAI.
¿Y todo esto cuándo sucede?
¡Justo en el Simulacro Nacional!
Un país ensayando cómo sobrevivir al desastre, mientras nuestros políticos ya lo están provocando en vivo y sin ensayo.
“Si lo que quieren es entregar el Congreso en las próximas elecciones, lo están haciendo excelente. ¡Ni Obama lo hizo!”
Como diría Robert Greene en su Ley 45 del poder:
«Predica la necesidad del cambio, pero nunca reformes demasiado a la vez.»
Morena y sus aplaudidores en el Congreso no solo reforman todo, lo hacen con prisa, sin técnica y con un tonito de superioridad que tarde o temprano se paga en las urnas.
Y como bien lo dice Rick Warren en Una Vida con Propósito:
“Los niños son el regalo más grande de Dios… y nuestra responsabilidad más sagrada. No son eslogan, ni bandera, ni experimento ideológico. Son el futuro que aún no puede defenderse solo.”
Así las cosas, amigos…
Pero en fin.
Quedamos pendientes.